domingo, 12 de febrero de 2017

RUTA DEL CID - 10ª Etapa

10ª Etapa   Xátiva-Villena-La Manga


Buenos días!!!!!  
Me levanto temprano para desayunar lo que me compré el día anterior, preparar la bici y bajar a la estacíon. El tren sale poco antes de las 8:00, pero voy con tiempo. Hoy ya es la última etapa y tengo muchas ganas de llegar. El trayecto hasta Villena se me pasa volando. 

Me pongo en marcha buscando una vista del magnífico castillo de Villena.





El camino empieza cómodo por la vía de servicio paralela a la Autovía. Voy avanzando tranquilamente, y me junto con un grupo de bikers que me preguntan por la ruta y me invitan a almorzar con ellos una migas fritas en aceite y ajo.  Ufff, me pillan en mal momento, que si no.....Tengo que declinar la invitación y seguir mi camino. Me quedan cerca de 150kms por delante, así que toca ser fuerte (me habían dado donde más me duele, jejeje).
Por este camino llego a Sax. Obviamente, con su castillo de rigor.







No me paro y sigo avanzando. Acabo de empezar!!  Seguimos por un camino que pronto se pone junto a las vías del tren. De hecho, me da la sensación de que en algunos momentos va demasiado cerca de las vías. No hay separación alguna. Me cruzo con una cuadrilla de chavales, lo cual me hace pensar en lo peligroso del camino. En fin.





Por una carretera llego hasta Petrer. No paro y sigo. El camino va siguiendo el río Vinalopó. En algún momento hay que cruzarlo. Incluso el gps me indica que siga el curso del río. Decido buscar un camino paralelo, ya que veo inviable seguir el gps tan fielmente.

Los pueblos van cayendo rápidamente. Novelda y Monforte del Cid se suceden rápidamente. En este último busco una tienda y compro unos Aquarius. Busco una fuente para llenar los bidones, pero imposible. No encuentro nada. Tras beberme los refrigerios, me pongo en marcha. ¡¡Craso error!!  Hace muchísimo calor, humedad...no tanto como ayer, pero ya son cerca de las 12:00. El sol aprieta. Salgo dirección Elche. Tengo que subir unas cuantas cuestas, así que me lo tomo con tranquilidad. Lo malo del camino es que hay mucho polvo, lo que me da mucha sed.
Prefiero no pensar mucho y seguir pedaleando. El camino tiene buen firme, así que se avanza bastante bien. Sigo subiendo, con más calor, más sed, más calor....sed. Se me hace bastante pesado, aunque no es muy duro. Lo malo es que estoy en medio de un secarral, sin gota de agua. Parece que se acaba la subida y cuando llego arriba, sorpresa!!! Un campo de golf. No hay agua para poner una fuente, pero para tener un campo de golf en medio de la nada......
Lo bueno es que de aquí a Elche es todo bajada. Bajo rápidamente y busco una bar para tomar algo. 
Mientras estoy tomando una cocacola y un aquarius, un hombre de la mesa de al lado me pregunta por la ruta y se preocupa por las quemaduras que tengo en los brazos. En la zona donde del codo, por la parte interior del brazo, tengo casi carne viva de la quemadura del sol. Por mucho que me echara crema, con el sudor se me iba de esa zona. Total, que el señor se va al coche y me trae una crema hecha a base de Aloe Vera. Me regala el bote!!!!  Se lo agradezco encarecidamente, me despido y sigo. 

Salgo por la carretera y a los pocos kilómetros cojo una pista que va por las huertas. El camino es cómodo, pero sigue el calor. Paso por Realengo,Albatera, Cox, Callosa de Segura......qué poquito queda!!! Paso cerca de Redován pero no me paro. Quedan unos poco kilómetros para llegar a Orihuela 😀 
Entro en Orihuela y......pues más o menos la misma desilusión que en Valencia. No encuentro nada que sea el punto final de la ruta. Estoy muy contento por haber llegado, pero un poco desconcertado. Saco unas fotos de rigor.









 El camino en sí ya ha terminado, pero aún me queda llegar a La Manga. Llevo 97 kms, y son las 4 de la tarde. Tomo un plato combinado y me dispongo a salir hacia Santiago de la Ribera, donde cogeré el ferry que lleva a La Manga. Este tramo lo hice con el Mapsource, con el mapa de TopoHispania v3, el cual no me da los perfiles. Error!!!!  Yo pensaba que iba a ser llano, pero una vez pasado Hurchillo, la carretera tira para arriba. No es que sea muy largo, pero con lo que llevo detrás tanto en kilómetros como en alforjas, lo hacen  muy duro. Subo hasta el pantano de La Pedrera.  Me encuentro con un cicloturista que me recomienda cambiar mi ruta planificada, ya que me dice que tiene muchas subidas. Me dice que tire hasta San Miguel de Salinas y de allí, por Campoamor, llegar Torre de la Horadada, Lo Pagán y Santiago de la Ribera. Me agobio un poco cuando veo en una señal de tráfico los kilómetros que faltan. Leo en internet que hay hora límite de ferry. Empiezo a darle zapatilla, y me encuentro bien. Subo fresco, y bajar......me dejo llevar, jejeje.
Al final, llego al muelle del ferry y e dicen que en estas fechas el límite se pone según la demanda de gente. Tengo que esperar una media hora al siguiente barco. Descanso y me monto en el barco.


 Me quedo mirando a mi fiel compañera. Qué bien se ha portado. Sin averías, cero problemas. Qué grande mi burrica. Unos chavales ven la bici y se quedan extrañados al ver las alforjas. Les cuento un poco el camino y el que se queda alucinado es el padre, jejeje. Yo cojo la botella de agua y me la bebo disfrutando de las vistas.

Una vez que llegue al puerto Tomás Maestre me quedan menos de 10 kilómetros hasta la casa de mis suegros.  A piñón!!!!! Parece una contrarreloj. Mi mujer no sabe que llego hoy y quiero darle una sorpresa.  Tardo unos 20 minutos en llegar. 
Se acabó. Una mezcla de pena y alegría se entremezclan como siempre al acabar una ruta.


 Las experiencias marcan. 

El camino te enseña. 

La soledad te acompaña.  

Ha sido una experiencia preciosa, con tramos duros, muy solitarios, pero que es lo que hace que tenga ese encanto, ese sabor de aventura. Me esperan unos días de descanso en la playa. Dejaré a mi burrica descanse también. Mañana limpiarla bien, que aún nos quedan muchas pedaladas que compartir.  


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